Practicando el paddle surf y bañandose en aguas de Mallorca, Bruce Springsteen continúa disfrutando de sus vacaciones en la Isla. Mallorca ha sido su destino, tras pasar unos días en Cerdeña, concretamente en el pequeño pueblo turístico de Porto Cervo.
El cantante norteamericano Bruce y su mujer, Patti, navegan alrededor de Mallorca con un grupo de amigos a bordo del lujoso yate Rising Sun. La impresionante embarcación, que está surcando surca las aguas de Palma, Pollença, Formentor, etc tiene unas 82 habitaciones, muchas de ellas con jacuzzi, gimnasio, spa, sala de cine con pantalla gigante y unos espectaculares salones, además de una cancha de baloncesto en la que puede aterrizar un helicoptero. En su garaje, tres potentes motos de agua, lanchas rápidas y numerosas tablas de surf.
The Boss, con una piel bronceada, luce una envidiable forma física a sus 63 años y se ha dejado ver por el centro de Palma realizando algunas compras y fotografiándose con fans. Seguidores, y muchos los que tiene el de Nueva Jersey en Mallorca, quienes no pierden la esperanza de verle actuar en la Isla. Rumores que hasta el momento nunca se han hecho realidad. Lo cierto es que el Boss ha sorprendido pasando unos días de vacaciones antes de continuar con su agenda.
En su larguísima gira musical, Bruce Springsteen tiene previsto actuar con la E Street Band en Chile el próximo 12 de septiembre, dos días después en Buenos Aires, y los días 18 y 21 en Brasil.
Springsteen no se sobresalta al ver los teleobjetivos, pese a que intenta pasar desapercibido entre los bañistas de la playa de El Mago con una vieja gorra y gafas de sol. Tras darse un baño en las transparentes aguas de Portals Vells, regresa al yate y el equipo de marineros saca del impresionante garaje una tabla y remo de paddel surf, actividad que practica el rockero, con gran habilidad y destreza.
Sin prisas y observando todo su entorno, Bruce rema por la costa durante una hora. Hace un alto en la playa y se dirige al chiringuito donde pide información para comer con los amigos.
Al caer la noche, el grupo de amigos que le acompañan en su crucero por el mediterráneo salen a una de las terrazas del Rising Sun y disfrutan de un cóctel mientras suena música de fondo. La caída de la luz nos hace retirarnos y seguir mañana. Quizás en aguas de Pollença y Formentor, lugares que el Boss descubrirá, incluso quien sabe si le servirán de inspiración. La elección de Mallorca para sus vacaciones podría ser para conocer donde vivía Nacho, el joven que murió de cáncer días antes de su concierto en Madrid y al que dedicó una canción.