El sopar a la fresca de Binissalem se celebró como todos los años con un éxito total. Desde muy pronto los vecinos se afanaban en colocar y adornar sus mesas, poner a punto sus casas, vestidas para la ocasión con las mejores galas y comenzar a preparar la que es una de las cenas más especiales del año.
Muchísimas personas de otros municipios, atraídas por la hospitalidad de los vecinos de Binissalem, comenzaron a llegar horas antes, llenando los muchos espacios habilitados para el aparcamiento, que en esta ocasión funcionaron a la perfección. La fiesta se dilató hasta la madrugada en el ambiente tranquilo y relajado al que invitan las calles de Binissalem.