Sencelles rindió tributo, como cada año, a uno de sus personajes más queridos, respetados y venerados, la beata Sor Francinaina Cirer. La fiesta comenzó a media mañana con la tradicional procesión y ofrenda floral, para acto seguido celebrar, con los más pequeños como protagonistas, una representación sobre la vida de la beata en el interior del templo.
Especialmente emotivas fueron las palabras de sor Margalida Casasnovas, la religiosa que hace ya más de 40 años promovió la celebración de esta fiesta. Ella fue la encargada del tradicional saludo a los devotos a su llegada a la plaza con los brazos rebosando flores, que poco a poco fueron depositando ante la imagen de la beata, obra del desaparecido escultor Jaume Mir