La playa de Santa Ponça volvió a ser el escenario de una populosa y encarnizada batalla. Se enfrentaban dos bandos irreconciliables, pero que por otra parte llevan décadas haciéndolo sin llegar nunca a variar el resultado.
La batalla de moros y cristianos por las Festes del Rei en Jaume volvió a reunir a los dos ejércitos que, contrariamente a lo que dice la historia, básicamente se divirtieron. Los trajes lucieron un poco menos que de costumbre debido a la nublada tarde, pero la fiesta no se vio afectada.