Las engalanadas calles de Pollença volvieron a llenarse de moros y cristianos con motivo de las fiestas de la Patrona, en honor a la virgen de los Ángeles, que culmina con el simulacro de la batalla que enfrentó al pollencí Joan Mas contra Dragut y sus secuaces piratas.
Durante unas horas la localidad se dividió en bandos enfrentados, los cristianos de blanco a modo de indumentaria para dormir, los sarracenos de colores oscuros luciendo abalorios y las caras pintadas, todo para una batalla que siempre tiene el mismo vencedor.