Las bodegas Can Majoral han vuelto a convocar a más de un centenar de amigos a pie de viña para su tradicional Vermada Nocturna. Tras recolectar la uva de la finca de Son Roig en un ambiente más que distendido, todos fueron recompensados con música, buena comida, y como no podía ser de otro modo, vino.
Los Oliver (o Mayoral como inevitablemente se los conoce) recibieron a los vendimiadores, muchos de ellos pergeñados con todo lo necesario para la labor desde casa, a ritmo de la Vatucada de Santa Eugènia, quienes además de percusión también tocaron a ritmo de xeremies. La cena, como se puede suponer, duró hasta bien entrada la noche con música y baile.