Carlos Maldonado, toledano de 24 años, ha pasado de ser vendedor ambulante de embutidos con su padre a convertirse en «un crack» de la cocina, en palabras de Ferran Adrià, gracias al concurso «MasterChef», de cuya tercera edición se ha proclamado ganador.
Adrià fue, junto a Joan Roca y Andoni Luis Aduriz, jurado en la prueba final del concurso y, en la deliberación para elegir al ganador, que no salió en el programa, felicitó al concurso de talento culinario que produce Shine Iberia y emite La 1 por haber descubierto en Carlos a «un crack de la cocina».
Los tres miembros del jurado invitado, además del conformado por Pepe Rodríguez, Samantha Vallejo-Nágera y Jordi Cruz- alabaron especialmente su merluza a baja temperatura, e incluso le pidieron la receta, que calificaron como propia de un restaurante con tres estrellas Michelin.
Se ganó el título de ganador de «MasterChef 3», y con él un premio en metálico de 100.000 euros, la publicación de su propio libro de recetas y un máster en Cocina Técnica y Producto del Basque Culinary Center, la primera universidad culinaria de España, con su versión del bocadillo de calamares, una merluza a baja temperatura y torrija con helado de yuzu.
Humilde, risueño, con poca cultura gastronómica -se enfrentó a un plato de angulas y a otro de percebes sin haberlos probado nunca, y se escandalizó con el precio de la carne wagyu-, no ha escatimado piropos a la juez Samantha Vallejo-Nágera y a la presentadora Eva González, pero ha logrado aprender y evolucionar hasta alzarse como campeón de esta tercera edición de «MasterChef».
Se impuso a quien le calificó desde los comienzos como su «archienemigo», la paraguaya Sally, otra de las favoritas por su dominio técnico, que tuvo que conformarse con el segundo puesto pese a haberse clasificado directamente para el duelo final en la dificilísima prueba de reproducir el postre Bomba Floral de Jordi Roca (El Celler de Can Roca), Mejor Repostero del Mundo.
Hasta la final de la edición llegaron Andrea, la estudiante de Odontología y modelo de Barcelona que se ganó el apodo de «cuqui» por su modo de expresarse, y quedó como tercera clasificada, y Antonio, el sevillano que no pudo superar la dura prueba de elaborar platos del restaurante más caro del mundo, el Sublimotion de Paco Roncero en Ibiza, con un cubierto de 1.700 euros.
Todo ello en una edición en la que han sobrado lágrimas de concursantes y, por primer vez, ha habido críticas a la actitud, que algunos han considerado excesivamente dura, del jurado.
En la mente de todos los espectadores de «MasterChef», cuya audiencia ha oscilado entre el 16 % y el 19,5 %, los lloros de Alberto Sampere con su expulsión por el desastroso plato «León come gamba», un éxito en las redes sociales, que volvió a ser noticia por ser el primero en no asistir a una repesca del concurso, pero sí asistió a la final.
No será la única vez que veamos a Carlos Maldonado en televisión, ya que participa en otro concurso de talento culinario, que también produce Shine Iberia y emitirá La 1 a partir del 7 de julio, «Cocineros al volante».
En este programa, conducido por Paula Prendes, Álex Alcántara e Íñigo Pérez 'Urrechu', una caravana de ocho 'food trucks' -Carlos y su padre estarán al volante y los fogones de uno de ellos- recorrerán España con distintas pruebas.