En Ses Voltes, en el transcurso de la entrega de trofeos de la XXXIII Copa del Rey y posterior cóctel, se vivieron entrañables momentos de emoción. Unos porque habían quedado clasificados en los mejores puestos de las diferentes clases en las que se competía y otros, porque el monarca estuvo más accesible que nunca.
Los regatistas y demás invitados a la fiesta de la vela pudieron acercarse al rey Felipe VI, saludarle y hacerse fotos con el móvil. El Rey y el presidente del Govern balear, José Ramón Bauzá, que le acompañó en su recorrido por el camino empedrado, desde la tarima de entrega de trofeos y hasta la salida, sufrieron tremendo calor caminando con dificultad entre la multitud. A pesar del agobio, el monarca atendió requerimientos de niños y mayores.