Se diría que en un mundo de hombres encorbatados, que se saludan eufóricos palmeándose las espaldas, ellas pensaron que sería bueno marcar el paso, y si acaso territorio, calzándose las plataformas, que ayer abundaron. Porque en el nuevo Parlament ellos ganan en diferencia numérica y, al primer vistazo, el peso ideológico del terno masculino sigue vigente en nuestro inconsciente, apesadumbrando el tono de la sesión, de euforia contenida en unos, de gravedad o risitas infantiles en otros.
Son dos mil años de dominio y eso no lo aligera ni el conjunto lavanda de Isabel Oliver (PSOE), elegante oficial de la pasada legislatura, que, seguramente, repetirá título en ésta, aunque ayer vi maneras en Margarita Durán Cladera (PP): vestido negro que presumo sin mangas, americana color arena y unas sandalias que hubiera firmado el mismísimo Christian Louboutin. Supo conjugar tendencia y simplicidad en un uniforme de trabajo muy conveniente para tiempos de crisis. De momento, con tantas caras nuevas en el Hemiciclo, de sus señorías sólo puedo adelantarles que estrenan escaño y ordenador, y que quienes repiten no tienen que devolver el que les dieron hace cuatro años. Resulta que en el Parlament, donde parece que, en general, no se vive mal, el portátil es una herramienta de trabajo aparejada al cargo, y el que recibieron en 2007 ya se considera pieza de museo. Fíjense en la contradicción que supone el acelerado discurrir de las nuevas tecnologías con el apego al escaño de quienes repiten y repiten. Entre los que empalman legislaturas, lo que me sirve para opinar por ser caras conocidas, Mabel Cabrer (PP), siempre tendente al exceso, eligió un conjuntito muy apropiado para una ceremonia de primera comunión. Esa pertinaz querencia por el marrón de Carles Manera (PSM) me habla de atavismos de hábito de monje que me preocupan, y doy un voto al 'modernillo' Biel Barceló (PSM) por su versión de los trajes ligeros con los que Hedi Sliman liberó a los caballeros cuando trabajaba en Dior.
Fue ayer cuando viví la experiencia religiosa de pasar a escasos centímetros de Mateu Isern y José Ramón Bauzá (PP), los alegres chicos del mes, sobre quienes me pregunto si su forma de entender el corte de pelo, radicalmente distinta, influirá en el estilo de su gestión. Ya les contaré.
El PP exhibe su aplastante mayoría en el primer pleno de la nueva legislatura