Sóller acogió el pasado jueves la inauguración de tres salas permanentes dedicadas a la obra del artista solleric Juli Ramis (1909-1990). Las estancias repasan las diferentes etapas plásticas del artista, cuya obra estuvo influenciada ya desde sus inicios por el trabajo de los pintores catalanes del XIX que visitaron Mallorca, como Rusiñol, y, más tarde, por sus viajes a París o Tánger y su relación con algunos de los pintores más importantes del siglo XX, como Picasso, Miró, De Stäel o Wilfredo Land. En la muestra, que reúne una treintena de piezas, se pueden encontrar desde obras de la adolescencia, como un paisaje del Port de Sóller, a las de su última etapa, claramente abstractas y de experimentación con la materia. Los conocedores de la obra de Ramis aseguran que precisamente sus últimos cuadros son los que reflejan su arte más personal y con los que el pintor, hijo ilustre de Sóller, se sentía más realizado. Durante este mismo acto de inauguración, también se presentó en los jardines
del museo una nueva escultura, Foner, obra de Llorenç Rosselló Rosselló. Se trata de una pieza de bronce que representa la figura de los antiguos honderos mallorquines. A la inauguración de esta obra asistió el nieto de Llorenç Rosselló, Fermí Quiñones. Los asistentes, que disfrutaron de un cóctel tras la inauguración, pudieron contemplar también el catálogo de la colección de Can Prunera, recientemente publicado.
Inauguración de las salas Juli Ramis de Can Prunera
Ana Largo | Sóller |