Cuando don Felipe y doña Letizia fueron proclamados Reyes de España nadie daba un duro por ellos y menos vaticinaba un reinado tan largo. Y diez años después, parecen consolidados en el trono, su popularidad cada vez es mayor, a medida que la de los políticos tanto de derechas como de izquierdas van perdiendo fuelle entre los ciudadanos. Han sabido situarse cerca del pueblo, mostrar que forman parte de él, sin perder la majestad. Sobre todo don Felipe, al que se ve más satisfecho y feliz que nunca al ver que sus dos hijas y herederas se están formando como dos jóvenes de su tiempo, con el añadido de que su responsabilidad histórica se note.
En los últimos tiempos, les hemos podido ver juntos muchas veces, pero hay dos imágenes muy tiernas que destacan sobre las demás: el Rey haciendo manitas con su hija mayor e intentando que su hija Sofía lanzara la copa a los jugadores tal como hizo él en la final de la Eurocopa. Se le cae la baba y no es para menos. El Rey ya ha estado en Palma, cumpliendo con una de sus obligaciones estivales, la recepción de autoridades, dando así por inauguradas ‘oficialmente' sus vacaciones de verano. Sin embargo, no se pudo tirar a la bartola, ya que a las pocas horas tuvo que tomar un avión a París para recibir, junto a la Reina, a la delegación española que competirá durante los Juegos.
En la recepción, la Reina destacó por su elegancia y además supo quedar bien de manera muy diplomática eligiendo un magnífico vestido de Dior con zapatos también de la misma casa. Sin duda, un homenaje a la tradición y a la casa de la alta costura francesa. Una especialista en la Casa Real aseguró que el vestido era prestado y que tras el acto lo iba a devolver. Dior nunca lo permitiría, aunque quién sabe, el mundo cambia tanto. Tras este pistoletazo de salida de lo más glamuroso, el Rey aseguró que la familia se implicará todo lo que pueda en estos Juegos para dar apoyo a los deportistas españoles, repartiéndose entre una competición y otra. Y donde quieren estar muy presentes y mostrarse muy unidos es en la ceremonia de inauguración de los Juegos Paralímpicos, dentro de unas semanas también en la capital francesa.