Esta galería va conquistando terreno. Su propietario, Drew Aaron, que por cierto, está casado con la top model checa Hana Soukupová, ha sabido conquistar la parte más céntrica y comercial de Palma extendiendo sus negocios de moda y arte. (Por cierto número dos, la casa de Aaron y Soukupová en Alaró fue mostrada con detalle en la revista Hola!, hecho que sirvió para que la pareja se diera a conocer entre la sociedad mallorquina. Para ello contaron con el apoyo de Fede Pinya, de la Galería Pelaires.) Aaron ha inaugurado un concepto que poco tiene que ver con las galerías tradicionales de prestigio que anidan en la isla de Mallorca.
Su última propuesta fue la de Lídia Masllorens, bajo el título Someones Story, No One's Tale, que en cristiano vendría a decir ‘La historia de alguien, el cuento de nadie'. Es curiosos que incluso los artistas mallorquines titulen sus obras en inglés. Deberíamos reivindicar lo cool de titular en nuestra propia lengua. Lídia Masllorens, fascinada por los retratos, pretende crear un arquetipo moderno del retrato en el siglo XXI. Y ya saben ustedes que a mí me encanta esta disciplina artística. Retratar el alma de alguien es lo más difícil del arte. Y la obra de Masllorens, en tonos que van del gris al negro, resulta algo tensa, con unas miradas muy profundas que retratan el momento que estamos viviendo.
En definitiva, Aaron siempre consigue una convocatoria magnífica en sus inauguraciones, donde se mezclan personalidades de la vida social y artística mallorquina con otros personajes residentes en la Isla y llegados de todas las partes del mundo. Aunque la que es completamente distinta, en cuanto maneras de trabajar, es Sara Arjona, que también es la que se encarga de dar a conocer el Club Làlia, entre los más VIP de la Isla. En su interior está prohibido hacer fotos. Lo que uno descubre son personalidades bellísimas venidas de otro planeta. Seguramente es el sitio más cool de Palma.