Esta semana tuvo lugar una de las citas del verano más esperadas de la agenda real española: la entrega de los premios Princesa de Girona, título que corresponde a la heredera del trono de España y que la vincula, al igual que el de duquesa de Montblanc, condesa de Cervera y señora de Balaguer, a la historia del reino de Aragón y por ende a la de la Cataluña actual, que nunca existió como entidad jurídica salvo en los condados o señoríos que hoy forman la Cataluña contemporánea.
La historia es la que es, existieron los catalanes, pero nunca los países catalanes. Existió el reino de Valencia y existió el reino de Mallorca, existió el reino de Aragón, pero nunca, salvo para los románticos, se ha conocido como tal un reino de Cataluña. Sin embargo, para los Reyes de España y sus hijas el premio que lleva el nombre y el título de la heredera, es de los más importantes que concede la real familia a través de un patronato formado por cabezas bien amuebladas, que lo han defendido a capa y espada en los últimos años, tan difíciles.
Los Reyes y sus hijas llegaron a la provincia catalana para comenzar con los compromisos que giran en torno a estos premios que este año celebran además el 15º aniversario de su fundación. Horas antes de la entrega de premios, los Reyes y sus hijas se reunieron con el consejo asesor de la Fundación Princesa de Girona en el Hotel Meliá Lloret. Una cita de trabajo para la que la Reina optó por un vestido cómodo y sofisticado al mismo tiempo. Se trata de un diseño sin mangas, de corte midi y con una pieza geométrica marcando la cintura, en color verde caqui.
La novedad de su elección no solo llegaba por la marca, Aje, una firma australiana que la Reina no había usado antes, sino por la fórmula elegida: la del alquiler. Que una reina vista de alquiler es ciertamente novedoso, aunque tanto doña Sofía como sus hijas hayan vestido en más de una ocasión de «prestado». El caso más significativo es el de doña Sofía, asidua a los modelos de Valentino, que la vistió de gala como nadie. La anterior reina de España elegía modelos de pasarela que las hermanas Molinero adaptaban a su personalidad y figura, pero pocas veces lució un vestido creado solo para ella. Letizia ha usado vestidos de su suegra, y sus hijas hacen lo mismo con el armario de su madre. Es una forma tan sana de reciclar como la del alquiler, que sin duda demuestra su compromiso con la sostenibilidad.