La Familia Real celebró de manera sorprendente el X aniversario de la ascensión al trono de España de Don Felipe de Borbón y Grecia, proclamado que no coronado rey como Felipe VI tras la abdicación de su padre, don Juan Carlos de Borbón y Borbón. He utilizado la palabra sorprendente porque no son habituales en la monarquía española este tipo de fastos y no se esperaba que para un décimo aniversario se utilizara un espectáculo tan bello y elegante que a mi entender debería celebrarse año tras año pues no hay mejor forma de estar cerca del ciudadano que mostrarse, y afortunadamente hoy todo lo que la familia ha de mostrar es bueno, algo que diez años atrás parecía imposible.
El reinado de don Felipe comenzó en el momento más convulso de la monarquía hispánica, envuelta en un tsunami de ataques de los que solo podía defenderse cambiando al titular del trono. La abdicación supuso un punto final pero también un punto y seguido pues tras ella descubrimos la facilidad con la que se encaja el cambio de monarca en una monarquía constitucional. Y eso que nadie se lo ha puesto fácil. Sin provocarlos, don Felipe ha tenido que dedicar mucho de su tiempo a pagar fuegos que otros encendían para socavar su imagen, y ha conseguido, sin inmutarse, no quemarse ni una sola vez.
Han sido diez años difíciles, para el Rey y la Reina, y seguramente para sus hijas que homenajearon a su padre con un gracias que casi le lleva a las lágrimas. Esa gran celebración tiene su razón de ser, y seguramente está muy medida por la real casa, y no es otra la razón que el mostrar que la Corona esta aquí, que está para servir y sirve, que es sólida porque trabaja en equipo y tiene un futuro asegurado en la princesa Leonor, de la que sus compañeros de Zaragoza, conozco a alguno, hablan maravillas, de la misma manera que hablan maravillas de otros compañeros. Sin cotilleos, con respeto militar y con admiración por lo bien que se ha integrado. Ese «Gracias, papá, gracias, mamá» que lanzaron Leonor y Sofía debería ser un gracias de todos quienes valoramos el papel de la Corona.