El Círculo Mallorquín, con sus ya casi 173 años de historia viva de la sociedad mallorquina, ha celebrado las Navidades a lo grande, como en los viejos tiempos del edificio de la Cuesta de Santo Domingo, hoy Parlamento, en el que en el famoso salón de las Cariátides se celebraban las más animadas fiestas y bailes de la Isla, pero nada que envidiar a las que ahora organiza la rejuvenecida Junta Directiva del Círculo en su sede actual, la que fuera antigua casa del célebre Doctor Sancho, un caserón en la calle Concepción, junto a Jaime III, con planta baja, tres pisos y un magnífico jardín, que conserva techos altos, invernaderos, antiguas puertas de noble carpintería, y que expone permanentemente una importante colección de pintura que viene en parte del Círculo antiguo y en parte de los certámenes que organizaba la Federación Española de Círculos y Casinos Culturales, exposición modernizada recientemente con la generosa cesión de cuadros realizada por el socio y galerista Joan Oliver ‘Maneu', destacando las monumentales obras de Rafael Forteza, entre otros pintores.
Pues si ya en nuestra última edición comentamos la gran cena de Navidad celebrada el 15 de diciembre, ahora nos toca resaltar la ya habitual Fiesta del Hijo del Socio (y del nieto), que siempre se celebra en el último fin de semana del año y la tradicional cena y fiesta de Nochevieja, las dos amenizadas por los DJ del equipo de Paco y Jaime Colombás, que cumplieron con la tradición de hacer sonar el himno nacional en mitad del baile, y que llenaron de juventud y alegría los salones del Círculo, con más de cien personas en cada una de las dos divertidas noches, con las chicas muy monas todas y los chicos, veinteañeros y alguno ya pasados los treinta, aunque no se note, todos muy correctamente vestidos y manteniendo la compostura en todo momento a pesar de la barra libre y gratuita de la que disfrutaron los socios y sus amigos hasta altas horas de la madrugada, siempre con la compañía del presidente y vicepresidente del Círculo, Ignacio Deyá y Guille Carré Buades, quienes disfrutaron de las dos noches hasta el cierre y que aprovecharan para hacer no pocos nuevos socios juveniles y orgullosas fotos con nietos, biznietos y hasta tataranietos de memorables y recordados antiguos socios, algunos descendientes de inolvidables presidentes del Círculo como los nietos de Raimundo Clar y de José Alcover.
Y no quiero olvidarme de la estupenda cena de Nochevieja servida en la biblioteca del Círculo por el muy reconocido Restaurante FERA, dirigido por Iván Levi, Risdel y Anna Celma, donde sirvieron un exquisito menú para deleite de Araceli Vidal, su hijo Jaime, sus amigos los Batten, Joana Prohens y otros socios que quisieron tomarse las uvas en el mismo Círculo Mallorquín, que ya está preparando las torradas de San Sebastián y la comida de matanzas de febrero. No faltaremos.