Después de un año de inactividad donde la pandemia ha marcado el curso vital de la sociedad, Palma ha recuperado uno de los eventos que marcan el verano mallorquín, la Copa del Rey. Además de la actividad estrictamente deportiva, las regatas cuentan con tradicionales eventos sociales relacionados con las mismas, como la cena de armadores. Una fiesta social que concentra a un gran número de personalidades de distintos ámbitos y rostros conocidos que durante estas fechas disfrutan de sus vacaciones en la Isla o son invitados de la competición.
Volvió a ser la fiesta del verano en el Real Club Náutico de Palma, volvió su tradicional fiesta de blanco, donde los 470 invitados, entre los que se encontraban armadores y la sociedad mallorquina más elegante, se reafirmaron en defender la Copa del Rey para siempre. Todo ha sido bonito. Absolutamente.