Un año más, Omar Hernández y Guillermo Giammona quisieron celebrar el cumpleaños del empresario neoyorquino con una reunión de amigos en un lugar que les fascina, la Cala Sant Vicenç de Pollença, en el restaurante que roza la arena. Citaron para que pudiéramos disfrutar de la puesta de sol que convierte El Cavall Bernat en una fiera de fuego y en su sombra galopa el caballo que todos buscan en las rocas.
Nos citaron en el restaurante de Cala Barques, tan de casa como la mía pues es de toda la vida, de la Cala, cenamos en mesas impecables unos arroces estupendos, gató de postre con helado y al finalizar el cenorrio, sintiéndonos privilegiados, con lo mejor de lo mejor de la sociedad española e internacional ya dispuesta, comenzó el baile pinchando el gran Biel Pau Bibiloni. Una noche única que se repite año tras año, tan clásica que si un día deja de celebrarse el verano no será lo mismo. Está siendo el mejor verano de nuestras vidas.