Luchar contra los tiempos es absurdo. Todas nuestras tradiciones vienen de fuera, así que hay que asumir que Halloween ha venido para quedarse. Les cuento una de las fiestas como ejemplo de todas las que se han multiplicado por la Isla. En un intrépido y recóndito lugar en medio del ardido y oscuro campo de es Pla de Mallorca tuvo lugar una de las fiestas de Halloween más terroríficas de la noche de los muertos. Los invitados se transformaron en los seres más siniestros para amenizar una velada en la que no faltó de nada.
Entre arlequines y payasos asesinos descuartizaron un ternero para asar y deleitar los sedientos paladares, mientras la viuda negra evocaban la resurrección de la mujer espantapájaros para ahuyentar así los espíritus de la tórrida noche mientras se avistaban entre la oscura noche cerdos con cuerpo de humano. Una delicia, vamos.