El pasado jueves tuvo lugar la inauguración de la muestra de pintura de José Luis Mesas y la terraza Artwallbar en el hotel Artmadams. Los numerosos invitados que acudieron al evento, una de las grandes convocatorias sociales del verano, tuvieron ocasión de disfrutar del maravilloso mural obra de este artista que ha dado una nueva vida al hotel y a todo el barrio.
Todas las ciudades europeas cuentan con edificios similares intervenidos por artistas que, bajo la rebeldía o con la creatividad, han convertido espacios planos en referencias mundiales. Llenar de color un edificio blanco puede gustar o no, porque sobre gustos artísticos todas las opiniones valen, pero nadie tiene derecho a querer eliminar la fe en su arte de un artista gitano que ha sido capaz de conquistar a muchos gracias a su sabio uso del color.
Todo apunta a que este hotel sea un hito artístico para la ciudad y sus ciudadanos y, lo más importante en mi opinión, la polémica que ha rodeado la intervención, no ha hecho más que engrandecerla. Los anfitriones, Jaime España y Lluch Deyá, congregaron a gente de lo más diversa; artistas como Patricia Chinchilla, Carlos Prieto, Miguel Monegal, Carlos Terroba, José María Fayos, Juan Montero, Jorge Paredes, Mayte Spínola, Julia Sáez Angulo, María Salom junto con su marido José Francisco España, Miguel Enseñat, Marga Prohens, Xavi Boned, Jaime Martínez, Fulgencio Coll y nuestra queridísima Norma Duval, que fue expresamente para apoyar el mural.
Norma se presentó más bella que nunca y se fotografió con todos. Entre nosotros ya es una indispensable. ¡Qué querida es! Amigos como Gari Durán con su marido Gonzalo Adán, Eugenio Segura y Pamen Furnier, Lourdes Cerdó y Manolo Macián, Mercedes Enseñat y Magdalena Sbert, y muchos más que quisieron acompañar y apoyar a los anfitriones. El comentario fue unánime: el mural ha de quedarse sí o sí, no pueden hacer quitar una gran obra de arte. Sigo con belleza.