José Luis Mesas, autor del cuadro más grande de España, gitano orgulloso y amigo del Papa Francisco desde el corazón, pintó en Port Adriano, acompañado del grupo Amanecer Flamenco, una obra improvisada, sin bocetos, que es como suele trabajar.
El cuadro lo donó a Cáritas, asociación con la que tiene una larga relación. El obispo de Mallorca, monseñor Sebastià Taltavull, recogió la obra lleno de admiración por el artista al que todos apoyamos menos un funcionario toca narices.
Me callo que si exploto cuento lo imposible. ¿Les parece normal que en la ciudad con más pintadas en las paredes monumentales recién restauradas, que llaman grafittis y para mí son meada de perro, moleste un grafitti hecho con el corazón? A mí no. ¡Basta de falta de sensibilidad!