Marga Sacristán y Jaime Echevarria se casaron tras un año de espera y pudieron hacerlo casi como ellos hubieran querido hace un año. Son una pareja estupenda que se ha ganado el cariño de todos. En Palma se hubieran casado en Santa Ana en el Palacio de la Almudaina, donde se casaron los padres de la novia, y la celebración hubiera sido en la finca Biniagual, que estaba reservada para ello, pero no pudo ser y eso que solo se invitaron a amigos de los novios y padres, hermanos y abuelos de los contrayentes. Cuesta un poco entender que aquí no fuera posible y en Madrid sí, pero ya sabemos cómo son las cosas de la política y de la COVID.
Jaime y Marga decidieron casarse en agosto de 2020 y su ilusión era hacerlo en Palma, de donde es original la novia y toda su familia, pero por lo que ya sabemos no fue posible. Fijaron la fecha de la boda para el 22 de mayo de 2021 y comenzaron los preparativos. La elección sobre la que no hubo ninguna duda fue la de la Iglesia: Santa Ana, en el Palacio de la Almudaina, lugar en el que habían contraído matrimonio los padres de la novia.
El almuerzo iba a celebrarse, como ya les he contado en la finca Biniagual, y contaban con la inestimable ayuda en los arreglos florales de la afamada Tinons, pero tres semanas antes de la celebración, las restricciones por COVID mantenían en Mallorca el aforo máximo de 10 personas en el exterior y seis en interiores, por lo que los novios decidieron trasladar la boda, que no la fecha, a la ciudad de Madrid.
Consiguieron la Iglesia de las Salesas Reales, también conocida como Santa Bárbara, que contra todo pronóstico había tenido una cancelación una semana antes, y que es una de las más bonitas de Madrid. También tuvieron suerte con la finca y celebraron el almuerzo y la fiesta posterior en la finca La Gaivota, en Aravaca, con unas instalaciones impecables y con el buen saber hacer de Isabel Maestre al frente del catering y Aquilea de los arreglos florales. Salió todo tan bonito que es difícil describirlo con palabras. Fue una boda emotiva, muy deseada y divertida, ya que de los 198 invitados más de 180 eran jóvenes amigos de los contrayentes.
Bibiana Fierro, con un gusto y una sensibilidad exquisitas, supo plasmar toda la belleza, alegría y sentimiento de la celebración que les mostramos en esta página maravillosa. La novia llevaba un vestido diseñado por From Lista with Love, afamado Atelier de Madrid, y estaba preciosa. Es que lo es. Deslumbró a todos en el momento de hacer su entrada en la iglesia del brazo de su abuelo, el doctor Medina. Así que, finalmente, a pesar de todos los cambios, la boda salió genial. Aún así sigue quedando en el ánimo de los contrayentes y sus familias celebrar algún próximo festejo en Mallorca, que ya les contaremos, si nos dejan, claro. ¡Felicidades a las dos familias y a los novios!