Ya saben, y si no se lo cuento, que he vuelto a las grabaciones de un nuevo programa de televisión que espero sea sorprendente y tan exitoso como los anteriores. Es curioso cómo pasa el tiempo desde que empecé gracias al apoyo de Paula Serra, que me contrató allá por 2007 para colaborar en Temporada Alta, y hasta hoy, que ya llevo unos cuantos títulos a mis espaldas.
En esta ocasión grabamos en la casa, fabulosa, del arquitecto Ismael Mérida, que ha creado un oasis mediterráneo junto a la playa donde, junto a su esposa Magui Suárez, gusta de recibir a sus amigos con la maestría que solo los nacidos en el sur de la Península saben ejecutar desde la excelencia en el trato, combinando los mejores alimentos con la mejor charla alrededor de una mesa a rebosar de gente guapa. ¡Qué bien lo pasamos!
Maguy es sobrina de la gran Massiel y cuenta que cuando le presentó a su novio Ismael esta le dijo: «Tiene cara de sinvergüenza, de estos he tenido unos cuantos, pero es de los que te hará disfrutar, nena». Cosas propias de damas y caballeros de los de verdad. He dicho.