La dama de Deià, Jaqueline Waldren, la mejor madre del mundo, que iba adoptando amores filiales a medida que transcurría su vida, larga y feliz, nos ha dejado en una noche triste hasta el infinito.
Era todo elegancia, glamour del de verdad, y la imagen de una Mallorca que va despidiendo a sus grandes nombres. Tuvo el museo de arquitectura, publicó un libro delicioso hace pocos años y vivió para sus hijos y amigos. Su sonrisa era única.
Fue enterrada junto a su madre y a su marido en el cementerio de Deià, tal y como ella quería. Vanessa Vandergast la llora como una hija adoptiva. Descanse en paz.