Comencé mi periplo en la galería de la familia Pinya, la Pelaires. Estaba todo el mundo así que no voy con negritas porque les aburriría a nombres pero les diré que me encantó ver a Jepi Corró, como siempre llena de alegría y magníficamente vestida para la ocasión.
Ver a personas como ella, o como su marido Santi Ques es una dosis extra de elegancia en una época en la que se cuestiona toda estética que no sea la povera. Nunca he sido fan de este tipo de arte. En fin, en la Pelaires donde fui recibido con cariño como siempre Fede Pinya se esforzaba en atender a todos acompañado por su mano derecha Eva Mulet, que es divina. Hace un año coincidimos en Madrid alojados en el mismo hotel, el Gran Hotel Inglés, que es una maravilla digna de Ignacio Jiménez y Carmen Cordón, los mismos que crearon en Palma La Posada de Terra Santa. Si van a Madrid no dejen de visitarlo y si pueden alójense en él.
Fue durante la feria Arco y los desayunos en su compañía, la de Fede y Eva, eran deliciosos. Allí coincidí con la directora de Es Baluard, Inma Prieto, de la que son fan absoluto y con la directora General de Cultura Catalina Solivellas, de la que también soy fan absoluto. Es una magnifica actriz con la que siempre es un placer conversar. El caso es que entre pitos y flautas se pasó buena parte de la mañana. La exposición es soberbia. Adoro la obra en formato gigante pero me apasiona todavía más aquella que se ajusta a la realidad de los espacios que habitamos.
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Tranquilidad para disfrutar de las obras de Frank Nitsche y Oliver Osborne, es lo único que necesitan, así que vayan. No se arrepentirán. Continué mi periplo, magníficamente abrigado y paraguas en mano, por las calles de Palma, tranquilas pese a todo, encontrándome con lo mas granado de nuestra sociedad. Miren las fotos y verán.