Uno de los policías que acudió a la UCI de Son Espases para entrevistar a una mujer que había sido atacada por otra con un cúter contó en el juicio que se sorprendió al ver a «cinco o seis médicos» cosiéndole los cortes que sufrió. Tenía lesiones en la cara, en el cráneo, en los brazos y en las rodillas. La víctima, que a duras penas podía hablar, precisó de una transfusión sanguínea porque perdió una gran cantidad de sangre.
La jueza de lo Penal número 3 de Palma ha condenado a la agresora a cuatro años de cárcel y a indemnizar a la perjudicada con 12.772 euros por las lesiones y las secuelas ocasionadas. La sentencia es firme.
Los hechos ocurrieron a las 0.30 horas del 31 de julio de 2024. La acusada, de 24 años, quedó para hablar con la víctima en la calle Cotlliure, en la barriada de Corea, tras una discusión por el grupo de WhatsApp de padres del colegio de sus hijos en Palma.
La agresora, una vez en el lugar, esgrimió un cúter y empezó a agredir por todo el cuerpo a la víctima, que fue auxiliada por su tía, que separó a las dos mujeres y acompañó a su sobrina con graves lesiones hasta el hospital.
La autora del ataque relató en el juicio que el día de la agresión salió de trabajar porque se encontraba mal y que cuando se dirigía a su casa vio a la víctima, que le dio un empujón y sacó algo del bolsillo, «como un cuchillo», y que empezaron a pelearse.
La mujer reconoció que le mordió y que se tiraron del pelo, pero negó haber utilizado ningún cúter. Explicó que la perjudicada se habría hecho las heridas ella misma o un tercero. La denunciante, sin embargo, contó que había pedido en el grupo de WhatsApp de padres del colegio que añadieran al ex de la acusada, que en la actualidad es pareja de la víctima, y que por ese motivo le citó en el parque del Mercadona de Corea. Cuando se encontraron se le cayó el móvil y la agresora empezó a agredirle con un cúter.
Afirmó que cuando le pegó creía que era un «guantazo», pero ya le había cortado en el labio con un cúter amarillo y negro y le brotaba la sangre. La mujer recibió numerosos cortes hasta que su tía acudió a ayudarle.
La jueza recoge en la sentencia que la tía de la víctima la llevó al hospital ante la gravedad de las lesiones, «no dejando lugar a dudas acerca de si pudo haberse autolesionado». A la magistrada le llama la atención que la procesada no sufriera ni un solo corte con el cúter, «lo que sin duda lleva a pensar que lo llevaba ella y que lo esgrimió para cortar» a la perjudicada.
La versión alternativa de la acusada, según el fallo, no se sostiene. «No se ha acreditado elemento alguno que haga pensar que la perjudicada se autolesionó o hizo que alguien la lesionara para inculpar a la agresora».
La víctima sufrió lesiones que le han dejado cicatrices visibles. «Las heridas fueron graves -la del cráneo medía 25 centímetros- y profundas que requirieron una gran cantidad de sanitarios para coserlas e incluso una transfusión de sangre, todo lo cual hace poco probable que la víctima consintiera su realización».
«La escena fue estremecedora, con un charco de sangre y pelos»
La jueza destaca en el fallo la agresividad de la acusada. «La escena resultante fue estremecedora, con un charco de sangre y pelos, lo que refuerza la violencia empleada por la autora del ataque». La magistrada sostiene que la víctima precisó de atención médica inmediata y que de no haberla recibido podría haber tenido lugar «un desenlace más desafortunado».
Las 42 sombrillas de Carrer FàbricaLos trabajos se rigen segun convenio. Iluminao! Como os gusta mentir a los zurdos