Benito Melsión, el hombre que mató de un disparo a su mujer en su chalet adosado de Puigpunyent, fue un acaudalado empresario del sector textil en la década de los 80 y 90. El matrimonio vivió en Portals Nous y Benito abrió una tienda de moda en el puerto. El negocio funcionaba y montó otro comercio de venta al por mayor de textiles, confección de calzado y artículos de cuero en Sóller.
El autor del crimen de Puigpunyent, de 82 años, tuvo barco amarrado en el Port de Calanova y le gustaba salir a navegar con sus amigos. Era cazador y socio del club de tiro de Bunyola. Participó en torneos de caza y ganó trofeos que exhibe junto con animales disecados en una de las habitaciones de la casa en la que acabó con la vida de su mujer, Joana Borrás, de 79 años.
El empresario montó su propia empresa y comercializó ropa con su nombre, Benet Melsión. Algunas prendas todavía se encuentran a la venta de segunda mano en Internet. El octogenario participó el pasado mes de septiembre en un ciclo de conversaciones organizado por el Museu del Calçat i de la Indústria de Inca titulado ‘Emprendedores de la confección de piel’.
La caída del hombre, que también tuvo empresas vinculadas al sector náutico en Calvià, llegó tras la jubilación. De la situación económica boyante pasó a las desavenencias económica con su mujer por sus caprichos y sus gastos. El matrimonio vendió las joyas de Joana para irse de viaje por todo el mundo.
La pareja dormía en habitaciones separadas en el domicilio de Puigpunyent porque la relación se había deteriorado mucho. El día del crimen debían acudir al notario para formalizar la venta de la vivienda, que estaba a nombre de la víctima y de uno de sus dos hijos, con los que Benito no tenía relación desde hacía años.