-Soy Francisco Javier Alarcón de Alcaraz y ejerzo como jefe de la clínica forense del Instituto de Medicina Legal de Palma.
El médico que exploró a Pau Rigo, el anciano que mató de un disparo a un ladrón que entró a robar en su casa de Porreres, ha comentado este jueves en el juicio con jurado en la Audiencia de Palma que el octogenario pudo tener sus facultades alteradas la mañana del 24 de febrero de 2018. «No le permitieron regir su conducta y actuar de otra forma que accionando su escopeta», ha afirmado.
El anciano, según ha manifestado el facultativo, sufrió lesiones físicas «importantes» que tardaron en curar 241 días y presentaba un síndrome de estrés postraumático derivado del atraco sufrido en su finca por parte de los hermanos gemelos Fredy y Mauricio Escobar, de 25 años y origen colombiano.
¿En el momento en que coge la escopeta y se pone a disparar está afectada su capacidad intelectual?- ha preguntado el abogado de Fredy, Toni Vicens.
-Está afectada en el sentido que condiciona su decisión, el paciente sabe que ha disparado.
-¿La evaluación del riesgo la hace con una alteración intelectual?
-Sí.
Eduardo Valdivia, el abogado de la defensa de Pau Rigo, ha pedido que se exhiba al forense la pata de cabra con la que Fredy, supuestamente, agredió al octogenario.
-¿Las lesiones son compatibles con esta pata de cabra?
-Sí
-¿Un golpe en la cabeza con esta pata de cabra hubiera resultado mortal para el señor Rigo?
-Sin duda alguna. Son instrumentos muy utilizados. En la literatura hay asesinatos con pata de cabra, son muy frecuentes. Pesan poco, entre dos y tres kilos, y se pueden disimular. Son instrumentos que utilizados con violencia pueden producir la muerte.
El médico forense Borja Moreno, que realizó la autopsia de la víctima del disparo, Mauricio Escobar, ha explicado que la herida que presentaba en el abdomen tenía una longitud de «ocho centímetros de diámetro». El facultativo ha añadido que la distancia del disparo fue «de uno a cinco metros».