-¡Que vengan ya, por favor, que manden helicópteros o lo que sea, que están aquí y nos van a matar!
El agente de la Guardia Civil que realizó la transcripción de las llamadas que efectuó al 112 Pau Rigo, el anciano que mató a un ladrón que entró a robar en su casa de Porreres, ha explicado este martes en el juicio con jurado en la Audiencia de Palma popular que el octogenario, bajo su interpretación, «estaba asustado y temía por su vida porque le estaban atacando a él y a su mujer». En la última llamada, el octogenario confundió a los guardias civiles con los asaltantes.
Así lo ha confirmado uno de los agentes que se personó en el domicilio la mañana del 24 de febrero de 2018. «Estaba en 'shock' y no nos quería abrir la puerta. El 112 le tranquilizó y el hombre dejó la escopeta en el suelo. Nos dijo que había gente dentro de la casa y tuvimos que asegurarla entera».
Uno de los primeros guardias civiles que llegó a la finca ha declarado que los sanitarios estaban atendiendo a Mauricio Escobar, que recibió un disparo en el abdomen, en el exterior de la casa. La víctima, de 25 años y origen colombiano, murió horas después en el hospital Son Espases. «Cuando acudo a la finca veo a un chico tendido en el suelo y a dos señores mayores en el interior de la vivienda súper asustados y ensangrentados», ha recordado a través de videoconferencia el agente, que encontró las zapatillas de los dos asaltantes en la entrada del domicilio.
Este martes, en la cuarta sesión del juicio con tribunal popular que juzga a Pau Rigo, de 84 años, y a los tres atracadores, ha testificado uno de los investigadores que vio las imágenes de las cámaras de seguridad de los comercios en los que Marcos Rotger compró los pasamontañas y las dos patas de cabra, una naranja y otra amarilla, que se han exhibido al jurado.
Un agente del Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil, que realizó la inspección ocular del domicilio de Pau Rigo y de su mujer, ha comentado una serie de fotografías de la vivienda unifamiliar de Porreres, que consta de tres alturas, y que está perimetrada por un muro de piedra. Los investigadores que acudieron a la finca encontraron en el exterior una mochila azul con unos 15.000 euros, la escopeta con la que se efectuó el disparo, unos guantes con restos de sangre y una pata de cabra naranja.
Pau Rigo efectuó el disparo con la escopeta de dos cañones superpuestos a una distancia aproximada de "entre un metro y medio y dos metros", calcula el agente, quien ha concluido que Mauricio se dirigía hacia el octogenario, que fue agredido por Fredy con la pata de cabra naranja.