El hombre que ha huido al monte tras matar a un monje del monasterio del Santo Espíritu del Monte, en Gilet (Valencia), utilizó varios palos y una botella para cometer el asesinato y herir a tres religiosos más al grito de «soy Jesucristo y voy a matar a los frailes».
Así lo ha asegurado uno de los monjes que sufrió heridas leves al forcejear con el agresor, a quien ha descrito como un «enajenado» de entre 30 y 40 años y robusto, antes de que huyera «y se escabullera en la montaña». Este religioso ha explicado que estaba en la cocina cuando escuchó gritos en la planta superior del monasterio y subió pensando que otro miembro de la congregación se había caído al suelo. Entonces, se encontró con el agresor en el momento en el que «apaleaba» a sus compañeros «uno detrás de otro y además fuertemente».
«Utilizó de todo lo que cogió: palos y una botella», ha dicho este monje, que ha dicho que no saben cómo entró en el recinto ya que este sábado estaba cerrado el pequeño hospedaje con que cuentan. En todo caso, ha afirmado que el desconocido no causó daños materiales en el monasterio ni tenía intención de robar nada sino que todo su afán era hacer daño físico a los frailes.
Ha señalado que la comunidad religiosa de este monasterio del interior de Valencia es «pequeñita» al estar formada por solamente siete monjes y ha añadido que únicamente uno de ellos, que estaba en la puerta, no se ha encontrado con el homicida.
Después del fallecimiento de uno de los miembros de la comunidad y de que hayan sido trasladados al hospital otros tres, esta noche pasarán en el monasterio los tres restantes. «Un poco asustado sí que estoy, por el miedo a que pueda volver porque estamos en medio del campo», ha confesado, aunque ha proseguido que «el corazón del hombre es muy bueno y no han faltado personas que han venido a apoyarnos y a ofrecerse para quedarse todo el tiempo que sea».