Salvador Llinàs Oñate fue condenado por la Audiencia Provincial en 2007 a cuatro años y ocho meses de cárcel por un delito de tráfico de drogas. En octubre de 2006 fue detenido por la Guardia Civil después de comprar 998 gramos de cocaína. El pase de la droga estaba controlado y los agentes le dieron el alto. En el coche encontraron la droga. En el juicio, en el que también fue condenado el vendedor, Llinàs alcanzó un pacto con la Fiscalía, que le reconoció un atenuante por su dependencia a las drogas. Gracias a este acuerdo, cuando la sentencia fue firme, Llinàs progresó de forma directa a tercer grado penitenciario y comenzó a salir de prisión. Cumplió menos de un año.
Entonces, el ahora sospechoso de la estafa de más de 50 millones de euros de Autoclick, tenía 31 años de edad. Fue imputado poco después por un posible blanqueo de capitales en una operación en la que también fue investigado su padre, Salvador Llinàs Bauzá. Se investigaba el desvío de fondos a través de una trama que inscribía coches de alquiler en Montuïri y que luego los distribuía por media Europa. La sospecha es que se evitaban el pago de impuestos aunque la causa fue finalmente archivada. En ese caso, Llinàs ingresó en prisión preventiva durante un mes y luego quedó en libertad bajo el pago de una fianza de 90.000 euros ante lo que la Fiscalía consideraba un elevado riesgo de fuga.
Pese a esos antecedentes, Llinàs montó luego Autoclick, con sucursales en otras seis ciudades y filiales en varios países europeos. Ahora permanece en Alemania detenido a la espera de ser extraditado a España.