Una mujer aceptó dos años de cárcel este martes por extorsionar a una amiga en Palma para que se prostituyera y después estafarle 600.000 euros. La acusada, de 41 años de edad y nacionalidad española, deberá indemnizar a la víctima con 200.000 euros por parte del dinero obtenido y el daño moral ocasionado. El tribunal de la Sección Segunda tuvo en cuenta la circunstancia atenuante de dilaciones indebidas, ya que la causa ha permanecido paralizada por causas ajenas a la procesada.
Los hechos tuvieron lugar entre los años 2003 y 2009. La enjuiciada conoció a la perjudicada en el desaparecido restaurante Bocatta de Porto Pi y entablaron una amistad. La víctima empezó a recibir notificaciones judiciales y pidió ayuda a su amiga, que le recomendó un abogado llamado Nacho y le dio un número de teléfono.
El contacto, en realidad, pertenecía a la acusada, que se hizo pasar por letrado y comenzó a decirle que para solucionar sus problemas tenía que hacerle entregas de dinero. La mujer le hizo ingresos de manera periódica siguiendo las instrucciones de la procesada. El dinero se lo dejaba en el buzón o se lo daba a su amiga, que se lo quedaba.
La denunciante pensó en todo momento que su amiga le entregaba el dinero al abogado que nunca existió. También le dio su DNI, un portátil y tarjetas bancarias. La acusada hizo creer a la víctima que una supuesta mafia la estaba extorsionando y que para evitar ir a la cárcel y perder a su hijo tenía que seguir pagando.
La perjudicada pidió a su familia 30.000 euros que entregó a su amiga. A raíz de esta situación, la denunciante decidió en 2012 trasladarse a Asturias, donde vive su familia. Una vez allí pidió prestado a su abuela 80.000 euros que también envió a la procesada en dos pagos. La encausada siguió mandándole mensajes de texto a través de diferentes números haciéndose pasar por la supuesta mafia:
-Haz todo lo que te decimos, somos gente muy poderosa. Tenemos comprados a policías y si no lo haces irás a la cárcel y te quitarán al niño.
La acusada, haciéndose pasar por la supuesta mafia, le dijo que habían quemado la cara a su abogado y le habían dejado ciego, lo que generó en la denunciante una situación de temor y angustia. La procesada le dijo que si no comenzaba a prostituirse cogerían a su hijo y lo venderían. La mujer empezó a ejercer la prostitución en un club de alterne de Avilés en enero de 2013 y luego también trabajó en otro local de la misma localidad.
Desde entonces y hasta mediados de 2017, la enjuiciada siguió mandando mensajes a su amiga en los que la conminaba a continuar pagando dinero a la supuesta mafia bajo amenazas. Le obligaba a relatarle por mensaje todos los momentos de su vida diaria y le prohibía descansar más de un día al mes. La interlocutora le insultaba y amenazaba.
La víctima ingresaba en la cuenta de la investigada el dinero que ganaba cada día, entre 250 y 800 euros. La acusada lo retiraba en Mallorca, ya que contaba con la tarjeta y las claves de la cuenta de su amiga y, en otras ocasiones, la perjudicada lo ingresaba en un cajero en cuentas que tenía la enjuiciada. La Fiscalía calcula que a lo largo de esos años la mujer obtuvo 600.000 euros de la amiga a la que conoció sirviendo bocadillos en un restaurante de Porto Pi.