El joven acusado de quemar once motos y un coche en Sóller en pleno estado de alarma ha negado este martes su vinculación con los hechos. «Estuve en todo momento con mis amigos en el piso, salí dos veces, pero no quemé nada», ha dicho. Las llamas provocaron desperfectos en el tendido eléctrico de la calle y en la fachada de la biblioteca pública de la localidad. La Fiscalía pide para el procesado cuatro años de prisión por un delito de daños.
Los perjudicados, salvo uno, han confirmado ante el fiscal que reclaman por los daños ocasionados por el fuego, declarado sobre las 4.00 horas del 7 de abril de 2020 en la calle Mateu Colom. Los destrozos en los vehículos fueron valorados en 8.370 euros y los desperfectos en la biblioteca en 20.903 euros.
Un perito que ha declarado como testigo ha apuntado que es imposible situar el móvil del procesado, español de 25 años, en el lugar del incendio. «No se puede ofrecer una geolocalización exacta, en el lugar de los hechos salían más de 380 teléfonos», explicó a preguntas de la abogada del acusado, Tania Siquier. Esto es por el número de repetidores repartidos por el pueblo y los alrededores.
Los agentes de la Guardia Civil de Calvià han detallado cómo la investigación les llevó hasta el sospechoso, que fue arrestado días después de los hechos. El sospechoso, que declaró en último lugar, a petición de su defensa, se desvinculó del suceso. El juicio quedó visto para sentencia.