Es imposible no pensar en Mariama Syll y no acordarse de su sonrisa. Así lo afirman sus amigos y excompañeros de trabajo, que siguen devastados por la pérdida de la joven, de 23 años. Nacida en Navarra, pero de origen senegalés, y residente del Arenal, llevaba dos años como camarera en el Medusa Beach de la Playa de Palma. Ese trabajo lo compaginaba como dependienta en una tienda de gafas.
Junto a su familia había llegado a Mallorca hacía años procedente de la Península. Primero se instalaron en la Part Forana, donde estudió en Inca, Lloseta y Pollença, y después cambiaron su residencia por la zona de la Playa de Palma. Allí su carácter alegre empezó a dejar huella. También entre sus compañeros de trabajo. «La recordaré siempre contenta, alegre. Y trabajadora, muy trabajadora», apunta un amigo.
Desde el verano pasado decidió compaginar su trabajo en una conocida tienda de gafas con el de camarera en el Medusa, donde era también muy apreciada. Su carácter alegre siempre llamaba la atención de los clientes del restaurante. Este jueves, sobre las 20.30 horas, su luz se apagó para siempre. Y también su eterna sonrisa.