Después de siete meses en la sombra, Francisca F., la propietaria de la agencia de viajes Sayme Travel, concede una entrevista en exclusiva a Ultima Hora, tras ser detenida por agentes de la Policía Nacional acusada de presuntamente estafar 80.000 euros a los clientes que habían contratado sus servicios. «Yo no he estafado a nadie y estoy recibiendo amenazas cada día», apunta.
Francisca lleva meses sumida en una vorágine de emociones que le ha llevado a tener que cerrar la empresa. «Desde que salió la noticia de mi detención y estalló el caso he tenido que cerrar el negocio por la presión de los clientes». A pesar de que asume sus errores, asegura que en ningún momento estafó a nadie. «Una empresa me dejó de pagar una gran deuda y me cortaron la línea de la tarjeta de crédito. A partir de ahí empezaron las cancelaciones y las denuncias», expresa.
Cese de la actividad
El primer caso fue en julio de 2023 y, tras casi un año, decidió cesar la actividad de la sociedad el pasado 6 de mayo. «Con el último caso de una boda en Cancún de una pareja que me denunció por dejarlos tirados ya he llegado a mi tope. No puedo más. Todo esto está afectando a mi familia», añade.
Desde su detención, las noches son lo más complicado de digerir para Francisca y su familia. «Vivo con miedo a que pueda pasar algo porque han venido a mi casa a buscarme. Me tocan el timbre, me amenazan y me están haciendo la vida imposible», señala la propietaria. También avisó al centro escolar al que van sus hijos. «Hemos llamado para avisar que estén atentos porque no sé qué puede llegar a pasar».
A su vez, quiso justificar los hechos que se le atribuyen desde julio de 2023. «Tengo muchos clientes con los que no había tenido ningún problema y ellos mismos lo dicen, pero nos han cancelado. Ellos mismos se lo dijeron a mi abogado». Desde su detención han sido más de 70 las cancelaciones de servicios que habían contratado con anterioridad. «Seguía trabajando bajo mínimos, pero todavía tenía algunas reservas. Los de la boda de México me lo han dinamitado todo», confesó tras verse al borde del colapso. La propietaria de la agencia de viajes está recibiendo tratamiento médico debido a las presiones que está sufriendo desde que empezó todo este proceso.
Sin embargo, está convencida de que los últimos denunciantes lo han hecho de manera premeditada. «Han solicitado un cambio de fecha de la boda y no me lo comunicaron. Llamé al hotel y me dijeron que anularon ellos mismos el día y me quieren dar la culpa a mí ». A pesar de esto, está dispuesta a llevar el tema hasta el final y «que se haga justicia. Ya he reintegrado casi la totalidad del dinero a los afectados».
A nivel personal, la protagonista afirma que está viviendo los momentos más duros de su vida. «Siento como si me estuviesen juzgando en todo momento, pero me preocupa mi familia. Si estuviese sola sería muy diferente. Lo estoy pasando fatal y les está salpicando a ellos», concluye.