El 6 de abril, sobre las 12.15 horas, dos hombres con gafas de sol, gorra y capucha tocaron el timbre de una casa del Pont d'Inca, pero nadie abrió. Los delincuentes se dirigieron a la puerta de aluminio de acceso al salón de la vivienda y trataron de forzarla a golpes para entrar a robar, pero el propietario, que estaba durmiendo, les sorprendió.
Los sospechosos salieron corriendo y huyeron del lugar saltando el muro de la casa. El morador les persiguió, pero como iba descalzo no pudo continuar la marcha y llamó a sus padres para contarles lo ocurrido. Los familiares del joven se personaron en la vivienda tras recibir la llamada de su hijo y, mientras buscaban a los presuntos autores por la zona junto con la Policía Local de Marratxí, vieron a uno de ellos que fingía que hacía footing. Llevaba tatuajes por todo el cuerpo, barba frondosa en el mentón y el pelo oscuro con entradas.
El supuesto corredor se subió a un Ford Kuga que estaba aparcado en las inmediaciones de la casa y el padre del dueño, al verlo, intentó acercarse al vehículo y hablar con él, pero el conductor arrancó y se dio a la fuga en dirección contraria intentando atropellar al hombre y a su vecino, que acudió en su ayuda.
El propietario del domicilio interpuso una denuncia ante la Guardia Civil del Pont d'Inca, que abrió una investigación. Los agentes averiguaron que el titular del Ford Kuga, de 41 años y nacionalidad española, cuenta con numerosos antecedentes por robos en casas. Los responsables de la investigación localizaron al dueño del coche y lo detuvieron.
El hombre, de forma espontánea, manifestó que ese día le había prestado el vehículo a un amigo de nacionalidad rumana y no aportó ningún dato más. Los agentes relacionaron la descripción aportada por el denunciante con el nombre que les facilitó el detenido y llegaron a la conclusión de que podría tratarse de un joven rumano de 30 años conocido por los investigadores que residía en Magaluf.
Los guardias civiles localizaron al sospechoso y, tras corroborar que era el amigo del propietario del Ford Kuga, lo detuvieron. Su fisionomía coincidía con la descrita por el denunciante, que reconoció al joven en las fotografías que le mostró la Guardia Civil como la persona que accedió a su vivienda y la misma que huyó en el vehículo intentando atropellar a su padre y a su vecino.
El delincuente reconoció ante los agentes que el 6 de abril acudió junto a su amigo a la vivienda del Pont d'Inca con la intención de okuparla y que la información de la vivienda se la facilitó un hombre de origen árabe al que conoció en Son Gotleu.
Los agentes del Área de Investigación de Pont d'Inca no dan credibilidad a la versión del joven rumano porque la casa del Pont d'Inca se encuentra totalmente amueblada, con coches en la puerta e incluso hay una máquina para hacer gimnasia en la terraza que tuvieron que desplazar para forzar la ventana y la puerta.
Los dos detenidos han sido puestos a disposición judicial este miércoles por la mañana en los juzgados de Vía Alemania y han quedado en libertad. Están acusados de un delito de robo con fuerza en casa habitada y uno de ellos, también, de un delito contra la seguridad del tráfico. El joven rumano, que también tiene antecedentes por hechos similares, podrá volver a fingir que hace footing.