En 1988 un ciudadano francés llamado Michel Louis Marcel Favreau apareció terriblemente apuñalado en un solar de s'Arenal. Pero había algo más: los asesinos le habían cortado la oreja izquierda. Un mensaje habitual en la mafia marsellesa. Un siniestro sello de identidad de la organización. Esta es la crónica de un asesinato que nunca se esclareció y que apuntó al siniestro clan Zemour, al que supuestamente había pertenecido la víctima.
El 16 de noviembre de ese año, entre dos y tres hombres -los testigos nunca se pusieron de acuerdo en este punto- se llevaron a Favreau en un coche, en Cala Estancia (Palma). Desde allí se dirigieron a s'Arenal. La temporada turística había finalizado y las calles estaban desiertas. Los acompañantes del joven francés conocían ese detalle. Allí, dentro del turismo, se desató una carnicería. Favreau fue sujetado, mientras los otros le asestaban hasta nueve puñaladas en el pecho.
Además, antes de dejarlo tirado en un descampado, le cortaron la oreja izquierda, que al parecer nunca apareció. Fue la firma de la mafia marsellesa. Su manera de lanzar un mensaje a navegantes: el que fallaba a la organización lo pagaba caro. Y nadie estaba a salvo. Aunque se refugiara en Mallorca.
Dos niños que estaban jugando en las inmediaciones descubrieron casualmente el cuerpo sin vida del ciudadano francés, que ya había fallecido. Muy nerviosos, corrieron a contarlo a sus padres, que llamaron a la Guardia Civil. Los investigadores precintaron el solar y buscaron indicios de lo que había ocurrido. También se entrevistaron con los escasos vecinos que vivían en la zona y pudieron reconstruir parcialmente la secuencia.
Los agentes investigaron las entradas y salidas en el aeropuerto de Palma, por si daban con los sicarios, pero los implicados se desvanecieron como fantasmas. Fue un trabajo bien hecho. Y ejecutado sin dejar cabos sueltos. La Policía de París informó a sus colegas de Palma que el fallecido tenía vínculos con el grupo Zemour.
Entre los años setenta y ochenta los hermanos Roland, Theodore, William, Gilbert y Edgar protagonizaron sonados episodios mafiosos en Francia. Algunos murieron tiroteados y otros sufrieron atentados tras un sangriento enfrentamiento con clanes sicilianos. Edgar se refugió en Miami, pero enviaron un francotirador, que le alcanzó a 400 metros de distancia.