Con la nariz llena de sangre y la camiseta manchada por la misma, como si de una película de terror se tratara. Así ha comparecido este viernes en la Audiencia Provincial de Palma uno de los acusados por conducir una patera hasta Cabrera en agosto de 2023. A su lado, el otro presunto conductor por el que la Fiscalía les pide cinco años de prisión por un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros.
Los enjuiciados de conducir una patera desde Bourmerdès hasta Cabrera han negado con rotundidad su participación directa en el transporte de personas. Ambos inculpados, de origen argelino y privados de libertad insistieron a lo largo del juicio, que eran pasajeros de la embarcación y que pagaron 3.000 euros cada uno por el viaje.
Los hechos se remontan al pasado 19 de agosto, cuando una embarcación muy frágil y con pocas posibilidades de llegar a destino salió desde Argelia con destino a Mallorca. En ella, viajaban 17 personas, entre ellos 15 varones y 2 mujeres. Según el escrito del fiscal, los dos juzgados se encargaban de patronear la lancha y de dar órdenes a los pasajeros a lo largo de la travesía. Así como se relata, las condiciones para navegar no eran las óptimas y los materiales para la supervivencia eran escasos.
La patera, a pocos kilómetros de Cabrera se quedó sin combustible y se quedó varada en las proximidades de la isla. Muchos de los integrantes del viaje no llevaban chaleco salvavidas y en un momento de desespero se pusieron a hacer señales de luz, por lo que fueron rescatados por Salvamento Marítimo el 21 de agosto a las 2:30 horas de la madrugada.
El juicio celebrado en la Sección Segunda ha quedado visto para sentencia. Tras la declaración de los dos implicados, entre pañuelos y sangre, la Fiscalía se ha mantenido firme en su petición y se enfrentan a cinco años de cárcel.