Agentes de la Policía Nacional se vieron ayer domingo en la obligación de utilizar, por primera vez en la historia de Balears, las pistolas eléctricas, conocidas popularmente como los tásers, contra un peligroso delincuente en el poblado de Son Banya. Durante la mañana de la jornada dominical, un conocido delincuente robó un turismo en la capital balear. Tras ser informados de las sustracción, los policías siguieron el rastro del vehículo que les llevó hasta el poblado chabolista. Una vez allí, consiguieron identificar y localizar al sospechoso. Se trata de un residente del poblado e integrante de uno de los conocidos clanes que operan allí. El ahora detenido es un ciudadano español de unos 30 años de edad aproximadamente.
Cuando los policías le rodearon, éste se introdujo en un agujero donde permanecía agazapado y no cesaba de amenazar a los agentes con acabar con sus vidas si lo intentaban detener. Es más, cuando alguno de ellos hacía el amago de aproximarse, éste se abalanzaba sobre ellos con la intención de tirarlo al interior del pozo. Fue en ese momento, cuando al ver peligrar la integridad física de los policías y con el objetivo de proceder al arresto del sospechoso, se decidió realizar una descarga controlada para neutralizar al acusado. La secuencia quedó grabada por las cámaras de seguridad del dispositivo y las imágenes serán aportadas a la autoridad judicial.
Tras efectuar el disparo, el ladrón quedó inmovilizado y se procedió a su arresto. El varón fue trasladado hasta el Área de Psiquiatría de Son Espases donde fue evaluado. Acto seguido, fue trasladado hasta la Jefatura Superior de Policía en calidad de detenido. Desde hace varios meses, los funcionarios de la Policía Nacional patrullan las calles de Palma y Manacor con pistolas táser con el objetivo de repeler posibles acciones violentas de forma menos lesiva. El dispositivo es capaz de lanzar descargas de hasta 50.000 voltios de potencia y bajo amperaje con el objetivo de inmovilizar a los delincuentes. En Baleares, se han distribuido un total de 27 dispositivos repartidos de la siguiente forma: 4 en Menorca; 6 en Eivissa y, finalmente, 17 entre la capital balear y Manacor.