La Policía Nacional había sido alertada de que algunos jóvenes el pasado año habían protagonizado algunos altercados durante la celebración del tradicional ball de dimonis, en Manacor. Por ese motivo, ante la gran afluencia de espectadores y a modo preventivo, organizaron un amplio dispositivo de seguridad. Cuatro agentes de la comisaría de Manacor se integraron entre el público de paisano, mientras tanto, un destacamento de la UPR (Unidad de Prevención y Reacción), los antidisturbios, estaban en posición en los aledaños de la fiesta.
A las 20.30 horas la plaza Ramón Llull ya estaba repleta de camisetas negras y el olor a longaniza invadía el ambiente. La gente esperaba con ansias la salida de los Dimonis. A la vez, y mientras la gente cenaba en la torrada organizada por el Patronat, en la Escola de Música y Dansa del municipio los nervios empezaban a aflorar y la emoción era palpable mientras la comitiva santantoniera se enfundaba en sus trajes.
El patronato tenía la situación controlada y el acto transcurría de forma modélica. Los problemas llegaron sobre las 21:10 horas, cuando los agentes de paisano detectaron como varios jóvenes, conocidos por la policía por su comportamiento violento y agresivo, se saltaron los turnos y el orden establecido accediendo al círculo central mientras golpeaban y empujaban a los asistentes, todo ello con la intención de boicotear la fiesta.
Acto seguido, los chicos comenzaron a cantar, molestar y golpearon a otros jóvenes que aguardaban su turno. Los agentes de incognito, para no desvelar su posición, solicitaron refuerzos y en cuestión de segundos, un subgrupo de antidisturbios irrumpió en la fiesta expulsando de la misma a dos de los alborotadores mientras el público aplaudía la actuación policial. Se trata de dos chicos, uno de 15 años y otro de 18. Fuentes policiales han confirmado a este periódico que en ningún momento se vio alterada la seguridad del evento y ponen en valor la brillante organización y actuación por parte del patronato.