Comerciantes del centro de Inca están en vilo desde hace unos días por la presencia de un ladrón que se dedica a robar prendas de tiendas de ropa y artículos de perfumerías y que, además, ha actuado seis veces en la misma boutique en un solo mes. El PP de Inca ha lanzado la voz de alarma por lo que califica de «creciente sensación de inseguridad en las calles y comercios de Inca».
No se trata de robos con violencia sino que el modus operandi es siempre el mismo: un hombre vestido con sudadera y capucha puesta entra en la tienda, coge con un gesto brusco todo lo que puede de una mesa donde está expuesto el género, y sale corriendo. «Unas veces entra agazapado, caminando de rodillas, y justo cuando estaba a la altura del mueble donde exponemos jerseis y pantalones se levanta del suelo, coge las prendas y se marcha corriendo; pero otras veces entra otra persona a pie tranquilamente», asegura una de las víctimas.
Teresa Casillas, propietaria de la boutique de señoras Blau Marí, explica con impotencia que «nos han robado seis veces y tres de ellas consecutivas, entre el 5 de diciembre y el 10 de enero, con un valor total de unos mil euros en jerseis y pantalones; hace 27 años que tengo la tienda y nunca he visto nada igual».
Al percatarse del último robo, Teresa echó a correr tras el ladrón que se daba a la fuga con su botín, pero éste «se esfumó como si nada», explica. El ladrón, que no se amedrenta por la presencia de cámaras de seguridad, no apareció el martes, cuando la Policía vigilaba los alrededores del Mercat Cobert donde está situada la tienda, ni tampoco el día en que los agentes de la Policía científica tomaban huellas. Pero este miércoles regresó y volvió a salirse con la suya.
Otros comerciantes del centro corroboran que han sido víctimas de hurtos frecuentes en el último mes, desde principios de diciembre, básicamente prendas de vestir y perfumes, y todo en el centro peatonal, la parte de Inca con un mayor tránsito de gente. Hay tiendas de ropa tradicionales que han tomado la decisión de cerrar con llave la puerta de entrada en pleno horario comercial y añadir un cartel de «llamar al timbre para ser atendidos». Es malo para las ventas, admiten, pero «es por precaución».
Más vigilancia
La concejal delegada de Policía del Ajuntament d'Inca, Antònia Triguero, admite que la ciudad comercial por excelencia del Raiguer está viviendo esta desagradable situación y se han tomado medidas. «Hemos incrementado la presencia de la Policía Local en las calles e incluso hay agentes de paisano, ante las denuncias recibidas por estos hechos», explica Triguero.
También agentes de la Guardia Civil patrullan por el centro comercial de Inca de forma habitual para tratar de evitar conductas delictivas a plena luz del día como las que han denunciado estos comerciantes, a los que les han robado también el sueño.