Una investigación del destacamento de Tráfico de la Guardia Civil de Menorca ha permitido localizar a un joven de 19 años de edad, presunto responsable de un delito grave contra la seguridad vial por conducción temeraria. El infractor, de nacionalidad española, no tuvo otra ocurrencia que apretar el acelerador del vehículo que conducía el pasado 29 de octubre, un Volkswagen Golf, sobre la medianoche del sábado al domingo, hasta que el velocímetro del auto marcó los 192 kilómetros por hora. Por tanto, la velocidad a la que circulaba superaba el doble de la permitida en la carretera principal de la Isla, que es de 90 kilómetros por hora.
Fue un amigo del conductor, residente en Alaior, quien estaba en el asiento del copiloto aquella noche y realizó la fotografía que recoge la vertiginosa velocidad a la que circulaba el coche en el que ambos se desplazaban.
El amigo colgó la captura de pantalla con la velocidad señalada como una de sus historias en la red social Instagram varios días después de la temeraria acción. Las historias en esta y otras redes sociales desaparecen una vez transcurrido el plazo de 24 horas pero una ciudadana menorquina la vio, hizo una foto de la pantalla y decidió ponerlo en conocimiento de la Guardia Civil.
«Estas situaciones se deben denunciar y por eso contacté primero con la cuenta de Instagram de la Guardia Civil y también con el cuartel de Maó», indica la joven. Ya no se trata del peligro que supone para el propio conductor ir a esa velocidad, «sino del que puede crear para otros conductores, hay que pensar en la vida de los demás», ha explicado la joven a este diario.
A partir de esta información, los agentes del destacamento de Tráfico de Menorca iniciaron las pesquisas que han concluido en la localización, tanto del hombre que hizo la fotografía y la colgó en la red social donde pudieron verlas muchas personas, como del conductor y el posterior traslado de las diligencias al Juzgado. El joven de 19 años ha quedado en situación de investigado hasta que sea citado a declarar en el Juzgado que se encarga de esta causa. El hombre acudió a declarar al cuartel de Maó el pasado martes.
Dado que no existe una prueba recogida por ningún radar que certifique la velocidad a la que circulaba, aunque la fotografía resulta evidente, queda acusado por un delito de conducción temeraria porque se ponía en peligro a sí mismo, al copiloto y a otros vehículos que pudieran circular por la vía aquella noche. La gravedad del caso estriba en las consecuencias que habría podido tener un choque frontal, una salida de vía o cualquier incidente por una distracción o avería repentina circulando a esa extrema velocidad.