«Si hubiera sabido lo de los accidentes probablemente no hubiéramos saltado», reconoce una joven turista inglesa tras salir del agua. Acaba de tirarse con su hermana pequeña desde uno de los pantalanes de playa de Muro, concretamente el que está situado en el sector I cerca del límite con la playa de Alcudia. Lo que no sabía al saltar es que el pasado mes de julio se registraron dos graves accidentes en este punto. A pesar de no ser un salto de gran altura el agua cuenta con muy poca profundidad. Los dos heridos, ambos adultos, impactaron de cabeza en el suelo. Uno de ellos quedó
inconsciente y fue rescatado del fondo del mar.
Son el icono de la playa de Muro. Una rápida búsqueda por internet es suficiente para comprobarlo. Centenares de personas desfilan por los dos pantalanes de madera que hay en esta playa. La foto de postal es casi obligada. Sin embargo, resulta ser también el lugar elegido por muchos niños, y no tan niños, para realizar sus mejores saltos. Un equipo de Ultima Hora se desplaza hasta el lugar para comprobar ‘in situ' la situación actual en uno de estos dos pantalanes, el más frecuentado y donde se produjeron los dos graves accidentes el mes pasado.
Durante el verano sirve de embarcadero para una empresa náutica y una trabajadora permanece en su puesto al inicio del pantalan. «Estaba aquí el día de los accidentes pero no vi como saltaban», responde al ser preguntada por los dos graves accidentes. A pesar de estos sucesos la empleada confirma que hay gente que sigue saltando. Aquellos que lo hacen son conscientes de que está prohibido tal y como indican los más de cinco carteles, algunos de tamaño considerable, que hay en el lugar. La mañana avanza y por el momento no hay ni rastro de saltos al mar. «Cuando eres joven... hay que ir con cuidado en estos sitios. Aquí siempre ha sido así», comenta un señor que acaba de recorrer los tablones de madera con su nieta pequeña. «A mi me da miedo saltar de allí», dice la menor. Otros dos adolescentes que también pasean por la zona reconocen haber saltado desde el pantalán en alguna ocasión: «Ahora ya no pero cuando éramos un poco más pequeños siempre veníamos a saltar. De voltereta y esas cosas... Era divertido», explica uno de ellos. «No somos de aquí y no conocemos la playa. Aparentemente no parece muy peligroso pero si hay carteles que lo prohíben es por algo. Mejor no arriesgarse», comenta otro adulto que está en la arena jugando con sus sobrinos pequeños.
De repente, un niño irrumpe a paso ligero en el muelle. Se detiene justo al limite, se lo piensa durante unos segundos y se lanza de pie al mar. El aterrizaje ha sido exitoso y el menor continúa disfrutando de su día de playa. Pocos minutos más tarde, un padre y su hijo ignoran los carteles y repiten la operación. Afortunadamente salen del agua ilesos.