Tras semanas de altísimas temperaturas, que dan cuenta fidedigna del momento de emergencia climática al que estamos asistiendo, el fuego corre sin control en amplias zonas del Mediterráneo. Italia, Grecia, Francia y Argelia son los principales epicentros en las últimas horas de la lucha contra las llamas. Una lucha que ha cambiado mucho en los tiempos del calentamiento global. Incendios más virulentos, más difíciles de contrarrestar y aislar ponen en jaque las vidas humanas, el medio ambiente y la economía.
El Gobierno italiano declara el estado de emergencia en cinco regiones gravemente afectadas por las tormentas violentas de las últimas horas y en Sicilia, que sigue combatiendo contra los incendios y que han causado dos muertos en el norte por la caída de árboles y tres personas calcinadas. Se trata de Lombardía, Véneto, Emilia Romaña y Friuli Venecia Giulia, afectadas por los fenómenos extremos de los últimos días, entre tormentas, ciclones y granizadas, y por los que perdieron la vida una mujer de 58 años y una chica de 16 años debido a la caída de árboles.
Mientras que también se declarará el estado de emergencia en Sicilia, donde los incendios continuaron extendiéndose durante toda la noche y cerca 2.000 personas tuvieron que ser evacuadas, la mayor parte en las zonas montañosas que rodean Palermo, pero las llamas también están afectando amplias áreas de la provincia de Enna, en el interior de la isla.
Los principales fuegos forestales en tres islas de Grecia seguían este miércoles en parte fuera de control, con miles de bomberos y voluntarios trabajando a destajo para controlar y reducir las llamas. En las tareas murieron en las últimas horas dos pilotos tras estrellarse la aeronave que pilotaban. Además, unos 270 bomberos con 55 vehículos luchan por noveno día consecutivo contra el gran fuego de Rodas, que ha quemado ya más de 14.000 hectáreas de bosque, además de calcinar varias viviendas y matar un número de animales aún no cuantificado.
A primera hora de la mañana varios aviones y helicópteros cisterna empezaron a operar nuevamente en la zona, donde según la emisora pública ERT, unos 3.000 voluntarios ayudan a contener las llamas. Unas 19.000 personas, entre ellas 7.000 turistas, fueron evacuadas durante el fin de semana y trasladadas a lugares seguros de la isla, la novena más grande del Mediterráneo.
En la isla de Eubea, al noreste de Atenas, donde el martes murieron dos pilotos al estrellarse un avión cisterna, la situación ha mejorado un poco esta mañana. Los bomberos luchan contra pequeños focos dispersos, aunque se teme que los fuegos podrían reavivarse, ya que se esperan fuertes vientos a lo largo del día. En Corfú, en el noroeste del país, otro gran incendio forestal sigue fuera de control por cuarto día consecutivo.
Las llamas se propagaron hacia la costa norte de la isla, lo que obligó a las autoridades a evacuar al menos cuatro pueblos costeros, mientras que en la localidad de Lutses se quemaron varias viviendas. Según el Servicio Metereológico Nacional (EMY), este miércoles se esperan temperaturas extremas, con hasta 46 grados en Grecia, mientras que los fuertes vientos persistirán en varias regiones del país. A partir de mañana y tras semanas de una ola de calor sin precedentes, las temperaturas bajarán significativamente en Grecia, estima el EMY.
La amenaza del fuego desaforado corre con fuerza también en el Mediterráneo oriental. De este modo, los bomberos combatieron a última hora del martes un incendio forestal que se propagaba en la zona sur de la ciudad croata de Dubrovnik, en el Adriático, mientras fuertes vientos del sur impedían el despliegue de aviones y la explosión de minas terrestres. La zona afectada por el incendio está a sólo 12 kilómetros de la ciudad medieval mediterránea de Dubrovnik, uno de los principales destinos turísticos de Croacia.
En la orilla sur del Mediterráneo no cesa el drama. Tras la muerte de al menos 34 personas, incluidos diez militares, en varias regiones de Argelia desde el domingo por los incendios provocados por la ola de calor, no cesan los intentos del gobierno local por aplacar las llamas. En la tarea trabajan más de 8.000 efectivos y más de 500 dotaciones de bomberos, apoyados por equipos procedentes de estados no afectados por los incendios. Mientras Marruecos se ha solidarizado con su vecino, en Túnez se ha producido la primera víctima mortal como consecuencia del fuego.