Un sacerdote jesuita fue apartado en 2021 de su labor en el Colegio San Ignacio de Oviedo tras ser denunciado, junto a otros dos religiosos, por presuntos abusos sexuales a una mujer durante más de tres décadas en Mallorca.
La víctima, que padece un trastorno psíquico grave, denunció los presuntos abusos ante el tribunal eclesiástico a finales de 2020 y este verano planteó, además, ante la justicia ordinaria, según informó el Bisbat de Mallorca el pasado lunes.
La Compañía de Jesús ha señalado este jueves, en declaraciones a EFE, que uno de los sacerdotes acusados estuvo destinado en el centro desde 2016 a 2021, y, cuando se tuvo conocimiento la denuncia fue apartado del mismo y permanece aislado en una casa de la comunidad «en la que se pueden cumplir» las medidas disciplinarias y de restricción impuestas. Asimismo, ha asegurado que durante su estancia en el Principado no se ha tenido constancia de ningún episodio negativo con este religioso.
Tras expresar su condena contra cualquier abuso y violencia y su compromiso con las víctimas, el Obispado mallorquín explicó, en un comunicado, que cuando recibió la denuncia contra un presbítero y dos miembros de la Compañía de Jesús el proceso respecto a los segundos se trasladó a sus superiores, porque el tribunal de la diócesis solo es competente sobre el presbítero. Respecto a éste, se inició una investigación previa que se remitió a la Congregación de la Doctrina de la Fe de Roma, organismo encargado de tramitar estas causas penales.