Lo tenían todo preparado y el plan salió según lo previsto. Un grupo de vándalos asaltó recientemente el convoy del Metro de Palma a la altura de la estación de Son Sardina. Una vez que el tren estaba parado, uno de los grafiteros se colocó delante de la máquina para evitar de esta manera que el conductor pudiera poner el tren en marcha.
Acto seguido, sus compañeros saltaron a las vías y comenzaron a pintar los vagones. El grupo estaba integrado por cuatro chicos que en cuestión de unos minutos consiguieron realizar el grafiti y emprender la huida.
Desde el andén ubicado justo en frente, varias personas grabaron la escena con sus teléfonos móviles. Los vídeos ya obran en poder de la Policía Nacional, que asume la investigación.