Un juzgado de lo Penal de Palma acogió este viernes el juicio contra una mujer acusada de vender en julio de 2020 un perro moribunda a otra, que reside en Llucmajor. La compradora hizo una transferencia de 420 euros a la acusada por un animal que sufría enfermedades graves y en ningún momento se lo dijo. «Ella sabía que me vendía el perro muy enfermo, pero lo que quería era seguir ganando dinero», explicó a la jueza. La Fiscalía pide para la procesada, que negó por videoconferencia los hechos,dos años y medio de prisión por un delito de estafa y maltrato grave animal.
La perjudicada relató que contactó con la acusada tras ver un anuncio en una conocida página de Internet. «Me salía que vendía el perro en Calvià y Marratxí y luego resultó que residía en Andalucía», explicó la víctima. Cuando la procesada tenía que enviar a Mallorca el animal este enfermó. «Me dijo que tenía gastroenteritis y se iba a retrasar todo y viendo esto me ofrecí a recogerlo yo en el aeropuerto de Sevilla», dijo. El cachorro, un perro de agua, estuvo hospitalizado veinte días.
Salió, según la Fiscalía y ayer corroboraron los veterinarios, muy enfermo. Aun así la acusada no informó de la situación a la compradora. Esta fue a recogerlo al aeropuerto. La mujer se lo entregó minutos antes de embarcar de vuelta a Palma. «Cuando vi al perro me asusté, en ningún momento me enseñó fotos en ese estado», subrayó. Tenía varias cicatrices y se le había caído el pelo. Al llegar a la Isla tuvo que ser ingresado de urgencia en un veterinario y finalmente tuvo que ser sacrificado. La procesada, por su parte, explicó que cuando lo recogió de su veterinario de confianza el perro «estaba superbién», dijo. Y añadió que ella no «ha estafado a nadie ya que el perro no estaba en un es todo lamentable sino sano». Además de los dos años y medio de prisión la acusación pública también reclama que indemnice a la perjudicada con 420 euros por el valor del perro, 1.944 por los gastos del veterinario y 300 por el daño moral.