Una joven mallorquina, monitora de un club de esplai en Barcelona, fue detenida el pasado sábado y pasó dos noches en el calabozo tras una polémica intervención de la Guardia Urbana que ya ha provocado la apertura de una investigación interna por parte del Ajuntament. La joven y otro de los monitores, también arrestado, prevén interponer una denuncia contra la actuación policial.
Los hechos ocurrieron en la madrugada del sábado al domingo, el club Esplai del Pi celebraba en la plaça de Sant Josep Oriol una fiesta para conmemorar su aniversario y la concesión de una Medalla de Honor de Barcelona. Tenían permiso municipal para el evento hasta las dos de la madrugada. Los asistentes denuncian que antes de ese momento apareció la Guardia Urbana para liquidar la fiesta. Los agentes emplearon la fuerza contra el grupo de jóvenes y varios vídeos reflejan la tensión del momento: en uno de ellos, uno de los policías agarra a un monitor por el cuello e intenta inmovilizarlo. También se denuncia el uso de sprays de gas pimienta contra los jóvenes. La intervención policial se saldó con la detención de dos monitores por un delito de atentado. Ambos pasaron dos noches en los calabozos y quedaron en libertad el lunes, tras pasar a disposición judicial.
La intervención de los agentes ha provocado una oleada de críticas por la desproporción del uso de la fuerza en una actividad de un club de esplai. La propia parroquia de Santa María del Pi ha señalado en un comunicado su rechazo a una «actuación policial desmesurada» y se suma a una protesta convocada el próximo viernes. Jordi Rabassa, concejal de Ciutat Vella, mostró ayer su preocupación por los hechos y anunció una investigación interna para depurar responsabilidades.