Bartolomé C. es un mallorquín de 46 años que tiene una orden de alejamiento de Palma por su interminable carrera delictiva: cerca de una veintena de detenciones por hurtos y robos con violencia. Un juzgado le ha prohibido acudir a la capital balear salvo para ir a Projecte Home o al Hospital Universitario de Son Espases (con cita previa). El pasado 29 de marzo por la noche volvió a ver sus manos engrilletadas por enésima vez. Una dependienta de la tienda Deichmann de FAN Mallorca Shopping sorprendió al hombre cuando intentaba robar unas zapatillas en el tiempo de descuento. Cuando el establecimiento de ropa y calzado deportivo estaba a punto de bajar la persiana. La trabajadora llamó a la Policía Nacional tras interceptar al delincuente.
Agentes del Grupo Operativo de Respuesta (GOR) que se encontraban patrullando por Palma se personaron enseguida en el centro comercial y se entrevistaron con la dependienta de la tienda. La mujer les explicó que es la encargada del establecimiento y que cuando estaban a punto de cerrar vio cómo un hombre introdujo unas zapatillas valoradas en 39,99 euros en el interior de una bolsa y salió de la tienda sin abonar el importe. La trabajadora avisó primero a los vigilantes del FAN Mallorca Shopping, que trasladaron a Bartolomé C. a la sala de seguridad a la espera de la llegada de los policías del GOR. Los agentes comprobaron en la base de datos que el hombre tenía en vigor desde hacía cinco días una prohibición de acudir a Palma, salvo para ir al Projecte Home o al Hospital Universitario de Son Espases con cita previa.
Bartolomé C. quedó detenido como presunto autor de un delito de quebrantamiento de medida cautelar. Al día siguiente por la tarde, cuando los policías lo despertaron de los calabozos para trasladarlo a los juzgados, dijo que no podía caminar. El juez de guardia lo dejó en libertad y pidió que lo llevaran a Son Llàtzer.