Once trabajadores han fallecido en diferentes accidentes en la mina de potasa de Súria (Barcelona), contando con los tres que este jueves han perdido la vida en el que es, de momento, el mayor siniestro laboral en esta explotación desde 1987. El accidente en la mina de Súria, que explota la empresa Iberpotash, perteneciente al grupo ICL, con oficinas en Israel, se suma a una larga lista de siniestros laborales en esa explotación que se remonta al 27 de febrero de 1987 cuando otros tres mineros murieron al desplomarse 150 toneladas de mineral sobre ellos.
Años después, el 11 de marzo de 2005, otro trabajador de esta misma mina murió electrocutado cuando trabajaba en el exterior del pozo minero, y otro más falleció el 14 de noviembre de 2006 al volcar el vehículo que conducía en el interior del recinto. Otro trabajador falleció el 23 de enero de 2013 al quedar atrapado entre el vagón de un tren y una pared de la explotación, y dos mineros más perecieron el 6 de diciembre de 2013 al desprenderse el techo de una galería mientras realizaban tareas de mantenimiento.
A estos siniestros se suman otros accidentes registrados en el pasado en minas explotadas por Iberpotash. En 2020 dos empleados de Montajes Rus, subcontrata de Iberpotash, murieron en sendos accidentes laborales en la mina de Vilafruns, situada entre Sallent y Balsareny (Barcelona), que se registraron los días 12 y 25 de junio de ese mes.
Después de estos siniestros, la dirección de Iberpotash paró la producción de la mina de Vilafruns, en la que trabajaban más de 400 personas, y posteriormente la cerró definitivamente, aludiendo a «motivos económicos». En la historia reciente de España destacan como otros grandes accidentes mineros el ocurrido en 1975, cuando 30 personas perdieron la vida en una explosión de grisú en una mina de Figols (Barcelona), así como el sucedido 20 años después por el mismo motivo en el pozo de San Nicolás (Mieres, Asturias), de la empresa Hunosa, en el que fallecieron catorce mineros.