Una vez reactivada la búsqueda de Malén Ortiz en Magaluf, el efecto mariposa ha desencadenado en lo mismo con el caso de Antonio Llabrés. La Guardia Civil ha desempolvado su caso sin indicios esperanzadores para buscar el cuerpo del desaparecido. Llabrés desapareció sin dejar ningún rastro el 23 de agosto de 2020, durante la pandemia de la Covid.
En primera instancia, la policía empezó a buscar el cuerpo en una finca cercana de Binigual, propiedad de un antiguo conocido de las autoridades ibicencas. En este momento, las miradas se centraron en Juan Torres Serra, condenado a nueve años de cárcel por el secuestro de dos personas en Ibiza. Sin embargo, lo más inquietante es que su biografía la encabezan tres hombres desaparecidos y que están vinculados con su persona. Uno de ellos en 2003, cuando el abogado Antonio Ferrer y un vecino fue considerado muerto. Llevaba sin aparecer desde el 4 de diciembre del 1997 y tenía amenazas de Juanito ‘Rotavella'.
En 2007 un hombre llamado Francisco López desapareció en ibiza y en las pesquisas policiales apareció, una vez más, 'el pirata', el delincuente más buscado de esa Isla que ahora, en los últimos años, residía en Mallorca.
Sin embargo, Juan Serra nunca confesó el crimen y con los meses se perdió la esperanza de poder encontrar el cadáver de Antonio Llabrés y por ende, se archivó el caso, lo que se tradujo en indignación por parte de la familia de la víctima, que horas antes de desaparecer recibieron una llamada de Antonio diciendo que estaba atado y que no podía moverse.
Tres años después, la investigación se ha reanudado pero sin nuevas pistas y con la casi seguridad que a lo largo de este jueves se pondrá fin por falta de pruebas en la zona.